Todos hemos oído la expresión “llevarse como el perro y el gato” para referirse que dos personas se llevan fatal. Y es que, el saber popular cataloga la relación de estos estos animales como enemigos naturales cuando, la realidad, es bien distinta. La convivencia en un mismo espacio entre los perros y los gatos puede no ser sencilla, pero tampoco conflictiva. En este artículo te daremos varios consejos para saber cómo hacer convivir a un perro y un gato, que se puedan llevar bien, e incluso ser grandes amigos. Una relación pacífica entre las mascotas de la casa es sumamente importante, ya que te permitirá que disfrutes de tus animales sin preocupación alguna.
Convivencia entre un perro y un gato
Sí, es posible que los perros y gatos vivan en armonía a pesar de tratarse de especies diferentes. Para lograrlo debemos tener en cuenta que la presentación entre ambos siempre debe ser lenta, gradual y controlada. ¿Por qué? Para estar atento a los problemas que puedan surgir, tratar de evitarlos o minimizarlos. De hecho, hay que mencionar que los problemas en las relaciones entre perros y gatos suelen deberse a malinterpretaciones de su lenguaje corporal.
También te puede interesar: Cómo educar a mi perro.
La relación entre perros y gatos
Las siguientes pautas sirven tanto cuando un nuevo mejor amigo perruno viene a convivir con un gato y viceversa.
¿Cómo hacer que se lleven bien un perro y un gato?
Los primeros días de convivencia serán determinantes para las dos mascotas de cara a un futuro. Una buena impresión es fundamental, por eso vamos a mostrarte los siguientes consejos dirigidos al momento de presentar a los dos animales. No olvides que en el momento de juntarles siempre tiene que ser bajo tu supervisión. Por otro lado, también te recomendamos leer el artículo Coprofagia en perros. La coprofagia es el comportamiento por el cual los animales ingieren excrementos.
Consejos para la convivencia entre perros y gatos
- Preparar a las dos mascotas antes de la presentación. Es conveniente que cortes las uñas al gato para evitar que se hagan daño. En el caso del perro, sácale antes a dar un paseo y juega un rato con él. Soltar energía hará que esté más relajado y receptivo para conocer a tu gato.
- Acostumbrarse a los olores. Antes de hacer las presentaciones, es necesario para el proceso de aceptación que ambos se acostumbres a los olores. Para ello simplemente lo que tenemos que hacer es frotar una toalla sobre el cuerpo del animal y dejarla al alcance del otro. No se trata de obligarle a que la huela, ni frotarla sobre la mascota que llega al hogar, bastará con dejarla cerca para que se acerque a olerla.
- Importancia del espacio para cada uno. Organiza espacios donde ambos se sientan cómodos. Es necesario respetar los espacios de cada animal y marcarlos o delimitarlos para que se sientan protegidos en ellos. Este tipo de cambios en la convivencia les pueden poner nerviosos, de modo que será fundamental adecuar espacios individuales donde se sientan cómodos por separado. Evita que tengan que competir por recursos como la cama, la comida o el agua.
- Respeta la organización o jerarquía de cada especie. Mientras que los perros se organizan en manada que ellos mismos marcan, los gatos son animales solitarios que simplemente defienden lo que consideran su territorio. Este puede ser un motivo de que se inicien conflictos, por lo que es necesario respetar la jerarquía que ellos instauren.
- Presentarles en un lugar amplio y grande. Más que nada por si alguno de los dos no se siente cómodo y quiere huir, que tengan opción de marcharse. Digamos que hacemos referencia a tener zonas de escape.
- Bajo ningún concepto los obligues a acercarse u olerse. El éxito de que ambos se toleren es darles tiempo y espacio, aprenderán a respetarse y vivir en armonía.
- Respetar los tiempos, no forzar. Las presentaciones irán al ritmo en que los animales lo requieran, a veces es cuestión de horas, a veces de semanas.
- Darles de comer en áreas separadas. No podemos olvidar que tanto los perros como los gatos son animales depredadores, esto indica que es muy que es muy fácil que se inicie una disputa por la comida que puede terminar con un mordisco o un zarpazo. Por otro lado, tampoco permitas que uno se coma la comida del otro, haz que se respeten mutuamente exista comida por medio o no, al menos en tu presencia.
- Juguetes individuales para cada uno. Aunque es obvio que cada uno tenga sus juguetes, recuerda que de no hacerlo pueden surgir los celos y empeorar la situación. Además, los juguetes del gato y del perro también deben estar separados y debes impedir que el perro coja los del gato. Esto podría ocasionar peleas.
- Evita acercamientos peligrosos. Nada de confrontación directa. Es fundamental evitar cualquier tipo de conflicto directo, si el perro se pone nervioso ladra o gruñe, los separaremos con calma y sin decirle nada más. No debemos permitir que el gato se sienta acorralado, ni con estrés.
- Reforzar el buen comportamiento. Una vez hayan empezado a conocerse, es buena idea reforzar los comportamientos positivos con un refuerzo verbal y con golosinas.
- Visitar a nuestro veterinario. Siempre es recomendable que antes de meter a un animal en el hogar, visitemos a nuestro veterinario para que nos ofrezca claves, puesto que conoce a nuestra mascota. Además, para asegurarnos que ambos animales estén sanos, poniendo especial atención a las enfermedades infecciosas.
- Evitar los celos. Incluir un nuevo miembro en la familia implica dedicarle tiempo y atenciones.
- Arenero fuera del alcance de tu perro. Mantén también el arenero de tu gato fuera del alcance de tu perro, ya que a tu gato no le gustará olfatear que el perro ha pasado por ahí.
- ¿Vas a salir de casa y dejarles a ambos en el hogar? Si vas a mantenerte ausente de la casa, aunque sean minutos, lo ideal es dejar al gato y al perro en habitaciones separadas hasta tu vuelta para evitar posibles disputas; más aún si nos encontramos en pleno proceso de adaptación.
- Reducir la vigilancia poco a poco del dueño. Una vez que se vayan tolerando y aceptando la presencia mutua podremos ir reduciendo el grado de vigilancia y supervisión.
Cómo presentar un perro a un gato para una buena convivencia
En tal caso es una buena opción utilizar un transportín para el gato durante los primeros encuentros, lo que permitirá al perro inspeccionar con libertad su nuevo territorio y acostumbrarse al olor y presencia del gato.
Cómo lograr una buena convivencia entre un perro y un gato
La adopción de un segundo animal cuando ya hay otro en casa requiere tener en cuenta ciertas pautas. Es cierto que será más sencillo si ambos son cachorros, pero si no se da esa circunstancia, no está todo perdido. Ni mucho menos.
¿Cómo consigo que ambas mascotas se lleven bien?
Por último, no olvidemos que la adaptación de perros y gatos también dependerá mucho del carácter de ambos animales, nunca habrá dos casos iguales. Por lo que la paciencia juega un papel imprescindible. ¡No desesperes!
Resumen del artículo Cómo hacer convivir a un perro y un gato
15 consejos para la convivencia entre perros y gatos
- Preparar a las dos mascotas antes de la presentación.
- Acostumbrarse a los olores.
- Importancia del espacio para cada uno.
- Respeta la organización o jerarquía de cada especie.
- Presentarles en un lugar amplio y grande.
- Bajo ningún concepto los obligues a acercarse u olerse.
- Respetar los tiempos, no forzar.
- Darles de comer en áreas separadas.
- Juguetes individuales para cada uno.
- Evita acercamientos peligrosos.
- Evitar cualquier tipo de conflicto directo.
- Reforzar el buen comportamiento.
- Evitar los celos.
- Arenero fuera del alcance de tu perro.
- Reducir la vigilancia poco a poco del dueño.
