La piometra canina es una infección bacteriana que se localiza en el útero, en el que se acumula pus y demás secreciones. Se trata de una patología que solo puede afectar a las perras, siempre y cuando no estén castradas, y una vez que hayan pasado ya, por lo menos, un celo, aunque es más común a partir de los cinco años de vida. La piometra en perros puede darse de forma habitual y por múltiples causas, manifestándose de forma leve, pero en otras puede ser muy grave. De ahí que sea fundamental para el pronóstico acudir al veterinario en cuanto sospechemos que nuestra perra puede estar sufriendo una piometra. La salud reproductiva de nuestras mascotas es vital, por eso en este post de contamos todo lo que debes saber sobre la piómetra en perras o también conocida como metritis.
¿Qué es la piometra en perros?
La metritis en perras, también conocida como piometra canina, se trata de una infección bacteriana que se produce cuando hay una acumulación de pus en el interior de la matriz del útero, causando una distensión significativa y una serie de síntomas sistémicos que pueden comprometer la salud del animal de manera severa. El principal problema a la hora del diagnóstico es que muchas veces los síntomas que ocasiona son inespecíficos, es decir, comunes a distintas patologías. Esto puede retrasar el diagnóstico y, por tanto, el tratamiento. Hay unos factores que favorecen la aparición de esta enfermedad como son la presencia de celos irregulares y la edad avanzada. No obstante, también hay que tener en cuenta unos factores determinantes como son la presencia de agentes infecciosos y una respuesta anormal de la mucosa uterina a los cambios hormonales que ocurren durante el celo.
Afecta a las perras no castradas o incluso a hembras castradas si hubiera quedado algún remanente ovárico. Se clasifica en abierta o cerrada, según el estado del cérvix, y puede ser más o menos grave. La distensión uterina con contenido estéril se denomina hidrómetra (secreciones acuosas) o mucómetra (secreciones mucoides) o hemómetra (secreciones sanguinolentas). Esta enfermedad se desarrolla en tres fases, dando la cara significativamente en la última de ellas y la más grave. A su vez, existen dos tipos de presentación de piometra: piometra abierta o cerrada. Es importante conocerlas dado que su sintomatología principal (secreción de fluidos por vagina) será diferente.
Formas de piometra
Los veterinarios distinguen entre dos formas de piometra en perras, dependiendo del estado del cuello del útero y determinando así su gravedad y urgencia.
Piometra abierta
El útero ya está vacío antes de que la enfermedad se haga patente. Una característica típica es una secreción purulenta repentina, aunque la perra parece sana en la mayoría de casos.
Piometra cerrada
El pus del útero no se vacía solo y, por tanto, los síntomas son más graves. Las perras afectadas están débiles y pueden tener fiebre. Según cómo transcurra la enfermedad, también pueden tener vómitos o consecuencias mortales, como una septicemia.
¿Qué perros son más propensos?
Esta enfermedad se suele presentar en:
- Perras mayores de 6 años .
- Hembras que no hayan parido nunca .
- Animales que se les administra progestágenos para controlar sus ciclos ovulatorios.
- En aquellos a los que se les ha administrado estradiol para provocar abortos.
¿Cuáles son las causas que dan lugar a una piometra?
No existe una causa desencadenante clara, pero existen tres factores principales que causan la piometra.
- Infecciosos: presencia de bacterias normales en la vagina, que durante parte del celo ascienden al útero.
- Tumorales: los más comúnmente presentados son carcinoma o adenocarcinoma uterinos.
Hormonales: por la administración de progestágenos y/o estrógenos sintéticos para impedir la instauración de gestaciones en nuestras mascotas.
Síntomas de la piometra en perros
La piometra en perras puede desarrollarse con o sin afectar al estado general del animal. Los primeros síntomas son bastante inespecíficos, como sería la inapetencia y letargia (la perra está apática, apagada, con poca respuesta a estímulos). Además, las perras afectadas presentan una mayor ingesta de agua (polidipsia en perros) y micción (poliura en perros), y tienen dolor. Puede mostrar vómitos, y distensión abdominal, el útero inflamado y lleno de pus puede causar que el abdomen de la perra se vea hinchado o agrandado. Dependiendo del estado de la infección, la perra puede presentar fiebre o, en casos graves, una temperatura corporal por debajo de lo normal.
En el caso de ser una piometra abierta, se empezaría a observar la salida de una secreción entre mucosa y sanguinolenta por la vagina y vulva, pudiéndose incluso confundir con un celo, por parte de los propietarios. En etapas avanzadas, una perra con piometra cerrada puede mostrar signos de shock, incluyendo colapso y extremidades frías, lo cual requiere atención veterinaria de emergencia.Es una enfermedad grave y puede llegar a ser mortal para la paciente si no se trata con rapidez.
¿Cuándo debe tratarla el veterinario?
Si tu perra tiene secreción vaginal fuera del celo con pus o mal olor, llévala al veterinario. También debes llevarla si parece cansada o presenta un aumento en la ingesta de agua (polidipsia en perros).
¿Cómo se diagnostica la piometra en perros?
Si tu perra tiene alguno de los síntomas que te mencionamos anteriormente, es muy importante que no pierdas tiempo y acudas de inmediato a tu veterinario. El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante la realización de una analítica general de sangre y una radiografía (o en su caso una ecografía), además de la realización de una buena anamnesis. Asimismo, en la analítica se apreciarán parámetros que indiquen infección, así como un aumento de neutrófilos en la citología vaginal de tu perra.
Tratamiento de la piometra en perras
El tratamiento casi siempre es quirúrgico y consiste en la realización de una ovario-histerectomía. La urgencia quirúrgica dependerá de diferentes factores como: estado hemodinámico y de tensión del paciente, tamaño e integridad del útero, piometra abierta o cerrada, incluso patologías concomitantes directas o indirectas a la piometra. Igualmente, se debe valorar el estado clínico del animal, así como las posibles complicaciones postquirúrgicas. Si no se quisiera o pudiera intervenir quirúrgicamente al animal, se podría tratar médicamente. No obstante, nunca será tan efectiva como la intervención quirúrgica y su pronóstico también será más reservado.
Cuidados después del procedimiento quirúrgico
Después de la cirugía, el cuidado y la atención son cruciales para una recuperación sin complicaciones. Los cuidados post-operatorios incluyen: la administración de analgésicos, mantener la herida limpia y seca, reposo y seguimiento veterinario. Igualmente, es probable que el veterinario prescriba un ciclo de antibióticos para combatir cualquier vestigio de infección.
Prevención de la piometra canina
Como hemos explicado, la piometra es una infección uterina que para desencadenarse solo necesita un útero. Por lo tanto, la prevención de esta grave patología que llega a ser mortal es la castración u ovariohisterectomía. La extracción del útero y de los ovarios debe hacerse antes del primer celo (aproximadamente a los seis meses de vida) para garantizar que se previene la aparición de infecciones y otros problemas igual de graves, como puede ser el cáncer de mama. Además de la piometra, la castración previene la aparición de tumores de mama, como ya hemos indicado, de ovarios o embarazos psicológicos o pseudogestaciones.
