Problemas neurológicos en perros

problemas neurologicos en perros
El sistema nervioso de los perros es tan complejo como el de los humanos.
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Este 22 de julio, Día Mundial del Cerebro, queremos hablar de los problemas neurológicos en perros. Sí, nuestros mejores amigos perrunos también padecen con frecuencia enfermedades neurológicas que afectan al cerebro. Desde enfermedades vasculares, de tipo ictus, malformaciones del cerebro, fracturas del cráneo… En este post del blog de perros nos centraremos en los desórdenes neurológicos más comunes en perros y los síntomas visibles de problemas neurológicos caninos.

Enfermedades neurológicas en perros

El sistema nervioso de los perros es tan complejo como el de los humanos. Compuesto por nervios, espina vertebral y cerebro. Un complejo masivo que controla las acciones físicas y emocionales. Los desórdenes o problemas neurológicos son todos aquellos padecimientos que inhiben al sistema nervioso de comportarse como regularmente lo haría en un individuo sano. Estos pueden responder a un elevado número de causas y, en muchas de ellas, la rapidez de actuación es crucial para evitar lesiones graves y/o irreversibles. Por ello, resultará muy útil que seamos capaces de detectar cuándo nuestro mejor amigo perruno puede estar sufriendo una alteración neurológica. La recuperación de un trastorno neurológico, dependerá en gran parte del reconocimiento de los signos, los cuales nos indicarán que algo anda mal en el sistema nervioso del can, y por supuesto de la atención del profesional veterinario. Algo que también tenemos que tener presente es que algunos signos que vamos a mencionar pueden confundirse fácilmente con los que se dan en otras enfermedades asociadas a diferentes órganos, por lo que lo recomendable será acudir a nuestra clínica veterinaria e indicarle todo lo sucedido para que diagnostique qué le pasa a nuestra mascota. Sigue leyendo y descubre cómo detectar problemas neurológicos en perros.

¿Cuáles son los problemas neurológicos comunes en los perros?

Los problemas neurológicos en un perro, pueden manifestarse a través de las siguientes enfermedades:

Enfermedad vestibular idiopático

El sistema vestibular se encuentra en el oído interno, y es el encargado de proporcionar información al cerebro sobre la posición, y movimientos de la cabeza. Facilita la coordinación de los músculos para mantener el equilibrio, el movimiento de los ojos, y la posición de la cabeza. El sistema vestibular puede verse afectado en caso de otitis graves y/o internas, o si existe alteración de los nervios que recogen y tramitan toda la información creada en él. La enfermedad vestibular se diagnostica habitualmente en canes mayores. Puede afectar el centro del equilibrio y hacer que de repente el animal sienta que la habitación está dando vueltas.

Convulsiones y epilepsia

Estos ocurren debido a una actividad anormal en el cerebro. Éstas se manifiestan con contracciones musculares involuntarias que pueden ser generalizadas o parciales y que comprometen la conciencia de nuestras mascotas. Puede presentarse a causa de enfermedades hepáticas, tumores cerebrales o la ingesta de sustancias tóxicas; aunque también pueden ocurrir por razones desconocidas y se les etiqueta como idiopáticas. Las convulsiones en los perros pueden ser de dos tipos: parciales o generalizadas. Se denominan convulsiones parciales cuando aparecen alteraciones motoras como temblor de la cabeza, contracción de una extremidad, apertura involuntaria de las mandíbulas, etc. Pueden ir o no acompañadas de alteraciones en el comportamiento como «cazar moscas imaginarias», ladrar sin motivo, perseguirse el rabo, mostrarse agresivo sin ser amenazado, etc. Por el contrario, las convulsiones generalizadas suelen aparecen también alteraciones motoras, pero esta vez afectando a una mayor extensión corporal, como contracciones musculares involuntarias, rigidez del cuello y extremidades, animal en decúbito, apertura de la boca, pedaleo y pueden aparecer también manifestaciones vegetativas como micción/defecación o ptialismo (exceso de salivación) e incluso pérdida del conocimiento o pérdida momentánea del tono muscular.

Enfermedad espinal o pinzamos vertebrales

¿Tu perro tiene dolor de espalda y cuello? La degeneración y hernia de disco intervertebral pueden provocar falta de coordinación de las extremidades, y en muchos casos la enfermedad del disco intervertebral. La médula espinal transporta información hacia las extremidades y el cuerpo del perro. Se desarrolla cuando hay deterioro de los nervios presentes en la espina vertebral. Esta enfermedad se manifiesta cuando los discos intervertebrales se deshidratan y endurecen, producen muchas veces comprensión de la medula espinal. Las mascotas que padecen esta condición experimentan incomodidad durante su rutina diaria como subir escaleras, correr, orinar o defecar debido a la pérdida de masa muscular en las piernas. El tratamiento incluye ejercicio moderado y suplementos vitamínicos para aumentar la calidad de vida de la mascota. Dependiendo de la gravedad, puede requerir tratamiento veterinario o quirúrgico.

Sindrome de Wobber

Esta es una enfermedad más frecuente en los perros de razas grandes y gigantes. Este síndrome es provocado por una serie de anomalías en las vértebras y en los tejidos blandos del cuello que provocan la compresión de la médula espinal. Los síntomas pasan por una marcha inestable lentamente progresiva, que primero afectará a las extremidades posteriores y luego afectará a las anteriores. El tratamiento puede incluir cirugía o terapia con esteroides.

Encefalopatía hepática

Las mascotas que sufren de encefalopatía hepática exhiben síntomas que incluyen histeria, convulsiones y otros comportamientos descontrolados. El tratamiento envuelve antibióticos para tratar las condiciones de salud que puedan estar presentes y una modificación de la dieta. Si la causa hepática es diagnosticada, los síntomas disminuirán con el tratamiento.

Demencia canina

Disfunción cognitiva o demencia. El síndrome de disfunción cognitiva canina es el nombre que se le da a los problemas de demencia senil en perros. El proceso de desgaste del sistema nervioso central en perros de edad avanzada causa signos clínicos parecidos a los de la demencia senil o enfermedad de Alzheimer en personas. (Hacemos un paréntesis para mencionar que en nuestra web hay un artículo dedicado al alzheimer en perros). Estos son: confusión y desorientación, patrón del sueño perturbado, pérdida de hábitos higiénicos, disminución del nivel de actividad, mayor irritabilidad, pérdida del reconocimiento, problemas para ponerse de pie, ladrar sin motivo o a la nada, olvido de conductas aprendidas, no responder cuando se le llama… Todos estos signos suponen un impacto negativo que interfiere en el comportamiento del perro, y en su relación con nosotros, los humanos. Al igual que ocurre en las personas, cuando el problema se diagnostica de forma precoz, pueden empezar a establecerse medidas para frenar su evolución. Si bien no existe un vínculo entre la disfunción cognitiva canina (SDC) y razas específicas, sabemos que las razas más grandes tienden a vivir vidas más cortas. Por esta razón, los síntomas de disfunción cognitiva se observan con mayor frecuencia en perros más pequeños, ya que son más propensos a vivir lo suficiente para desarrollar la afección. El uso de juegos sencillos, el ejercicio regular, actividades de estimulación mental y, en ocasiones la medicación, pueden ayudar a frenar la progresión de la demencia. La alimentación tiene un papel importante en la prevención de este deterioro.

Parálisis aguda de las extremidades

Un problema que aparece de manera progresiva en una o varias extremidades. Casi siempre se manifiesta como consecuencia de lesiones en los discos intervertebrales (hernias discales) que generan compresión de la médula espinal. La parálisis aguda de las extremidades es frecuente en aquellas mascotas que han sufrido accidentes donde el traumatismo de la columna puede lesionar la médula espinal y producir parálisis de la zona afectada.

Meningoencefalitis de garrapata

Aunque se conocen pocos casos, los perros también pueden contraerla. Esta infección viral transmitida por garrapatas primero ataca las meninges y, después, el cerebro. Aquí provoca convulsiones, parálisis, temblores y dolor. Los síntomas se asemejan a los de la rabia.

Problemas neurológicos en perros viejos

Cuando tu perro es mayor, llega a una etapa en su vida donde se vuelve más susceptible a padecer enfermedades neurológicas. Los problemas neurológicos en perros ancianos son la disfunción cognitiva, el síndrome vestibular, los ‘pinzamientos’ vertebrales, y los tumores.

¿Cómo saber si mi mascota tiene una enfermedad neurológica?

Los desórdenes neurológicos en perros pueden ser difíciles de reconocer a menos que conozcas las señales de advertencia que pueden darte una pista de que tu mascota puede estar sufriendo de daños en el sistema nervioso. Los síntomas de las enfermedades neurológicas que afectan al cerebro dependen de la zona que se encuentra afectada. Algunas de las señales más frecuentes que pueden ayudarnos a identificar un trastorno de este tipo en nuestra mascota son:

Síntomas de desórdenes neurológicos en perros

  1. Alteración del estado mental. Es posible que tu perro deje de responder adecuadamente a comandos que antes reconocía con facilidad como o que veas cambios de personalidad como agresividad que antes no era común.
  2. Que intente presionarse la cabeza. Sí, puede que veas a tu perro presionar su cabeza contra la pared o cualquier otra superficie sin razón obvia. Presionar la cabeza contra una superficie es uno de los síntomas de desórdenes neurológicos.
  3. Alteraciones de la marca o caminar en círculos. Percibir alteraciones en la marcha del perro, que también podríamos definir como cambios o anomalías en su forma de caminar, puede ser una señal de que nuestro perro padece problemas neurológicos. Podemos apreciar incoordinación o que nuestro perro esté continuamente con movimientos en círculos. Si durante el tiempo de juego lo hace, antes de acostarse o de forma puntual, no hay que alarmarse. En cambio, si observamos que al intentar caminar sólo es capaz de moverse girando en un sentido, lo hace continuamente y parece no controlar el movimiento es cuando debe preocuparnos y acudir al veterinario.
  4. Convulsiones o temblores generalizados. Una de las probabilidades es que tu perro presente temblores involuntarios e incontrolables. Las convulsione en sí pueden ser un riesgo para tu mascota y uno de los síntomas más visibles de daños en sistema nervioso.
  5. Alteraciones de los sentidos. Aquí englobamos problemas visuales: el perro puede comenzar a tropezarse con cosas u objetos o comenzar a frotarse los ojos continuamente lo que puede producir lesiones, esto generalmente representa que la lesión en el sistema nervioso le está impidiendo el correcto funcionamiento visual. También problemas olfativos: el perro no muestra interés u observamos que si le ponemos un olor fuerte delante no lo detecta. Esta acción puede ser un signo de que el nervio olfatorio está lesionado y debe ser revisado por el veterinario. Por último, problemas de audición. Con la edad, nuestro perro puede ir perdiendo capacidad auditiva por degeneración de sus estructuras. Sin embargo, también puede deberse a una lesión neurológica y una vez más, las causas pueden ser diversas y a menudo estará acompañado de alteraciones en el equilibrio, puesto que ambos sentidos están muy relacionados.
  6. Problemas con los reflejos. Puede que tu mascota también presente problemas para coger una pelota o subir y bajar escaleras o que le cueste medir los espacios y sus reacciones sean más lentas que de costumbre.
  7. Sacudidas de cabeza de manera continuada.
  8. Cabeza ladeada. Puede ir acompañada de otros síntomas, como estrabismo o nistagmo patológicos (movimiento involuntario y repetitivo del ojo, ya sea en horizontal, vertical o circular y suele afectar a ambos ojos).
  9. Debilidad o parálisis de las extremidades. La parálisis en las extremidades es una de las posibles señales de problemas neurológicos en perros mayores. Este síntoma debe ser revisado por un veterinario con urgencia ya que puede reflejar pérdida de control de los miembros. Falta de control en miembros posteriores por mielopatía degenerativa.
  10. Quedarse mirando fijamente un sitio. Esto puede ser a causa de la falta de orientación de igual manera que puede que no logre conseguir sus platos de agua y comida o el lugar correcto para hacer sus necesidades.
  11. Falta de apetito. Las náuseas constantes son otro signo a tener en cuenta y puede ser causado por lesiones cervicales por ejemplo que producen vértigo y por ende reducen el apetito.

Desorientación en perros

Conocida como ataxia en perros, se trata de una alteración neurológica que afecta al sentido del equilibrio de tu perro como consecuencia de un problema físico, un traumatismo o una intoxicación. Una afección cuya procedencia puede ser física, a raíz de un traumatismo o una intoxicación, pero que causa alteraciones neurológicas ya que puede terminar creando lesiones en las vías de sensibilidad propioceptiva, encargadas de informar al cerebro de la posición del cuerpo. Esto provoca que el perro pierda el equilibrio, ande de manera descoordinada, sin tener un control total sobre sus extremidades, lo que hace que le resulta muy complicado mantener el equilibrio mientras camina.

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¿Qué debo hacer si mi perro tiene problemas neurológicos?

Si hemos detectado una o varias de estas señales de enfermedades neurológicas en perros, lo conveniente es acudir a nuestro veterinario. Este profesional podrá evaluar el caso realizando las pruebas neurológicas en perros que considere pertinentes.

Tratamiento de problemas neurológicos en perros

Desgraciadamente, no existe cura para la mayoría de los problemas neurológicos en perros, sobre todo perros ancianos. La razón es que no podemos regenerar la materia cerebral. Si las neuronas ya no funcionan, no podemos recuperarlas. Las únicas circunstancias en las que puede haber tratamiento es cuando el daño es temporal. Por ejemplo, un traumatismo puede hacer que el perro tenga un aneurisma que se puede extirpar mediante cirugía.

Examen neurológico en perros

El examen neurológico en perros nos permitirá identificar y confirmar si existe un problema neurológico, localizar donde se encuentra, valorar su gravedad y obtener el pronóstico y el diagnostico diferencial. Una parte del examen neurológico en perros constará de la observación, donde se valorará el estado mental, la postura y la marcha del animal. Por otro lado, se evalurará las reacciones posturales que, aunque no proporcionan una localización precisa de la lesión, sí suelen ayudar a detectar su presencia. La valoración de los reflejos espinales también permitirá clasificar la lesión como de neurona motora superior o inferior.

Prevención de problemas neurológicos en perros

Proporcionando un estilo de vida saludable para nuestro perro en su juventud, podemos prevenir mejor la degeneración neurológica cuando el perro sea mayor. Todos los perros son únicos y tendrán diferentes necesidades físicas, lo importante es cuidar su alimentación canina. Al identificar cualquiera de estas señales que hemos mencionado en este artículo del blog de perros acude de inmediato a tu veterinario para que hagan a tu perro un examen físico y neurológico completo, así como las pruebas diagnósticas necesarias. Un sistema sano es muy importante para que los perros desarrollen las actividades motrices e intelectuales. Por ello, es importante que se identifiquen cuanto antes los problemas neurológicos.  

Los problemas neurológicos en perros

Los desórdenes o problemas neurológicos son todos aquellos padecimientos que inhiben al sistema nervioso de comportarse como regularmente lo haría en un individuo sano.

  • Enfermedad vestibular idiopático.
  • Convulsiones y epilepsia.
  • Enfermedad espinal o pinzamos vertebrales.
  • Sindrome de Wobber.
  • Encefalopatía hepática.
  • Demencia canina.
  • Parálisis aguda de las extremidades.
  • Meningoencefalitis de garrapata.

  • Alteración del estado mental.
  • Que intente presionarse la cabeza.
  • Alteraciones de la marca o caminar en círculos.
  • Convulsiones o temblores generalizados.
  • Alteraciones de los sentidos.
  • Problemas con los reflejos.
  • Sacudidas de cabeza de manera continuada.
  • Cabeza ladeada.
  • Debilidad o parálisis de las extremidades.
  • Quedarse mirando fijamente un sitio.
  • Falta de apetito.
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