Los perros nunca dejarán de sorprendernos. Solemos pensar que los animales apenas tienen consciencia y capacidades cognitivas avanzadas, pero la ciencia va desmintiendo poco a poco esta creencia. Recientemente los científicos han conseguido demostrar que nuestros mejores amigos perrunos tienen un nivel de inteligencia equivalente al de un niño de dos años. ¿Pero son los perros autoconscientes? ¿Cómo se ha demostrado que los perros son conscientes de sí mismos? En el libro del neuropsicólogo Antonio Damasio, L’Ordre étrange des choses. La vie, les sentiments et la fabrique de la culture, se define la conciencia como “la experiencia subjetiva que el individuo tiene del entorno, su cuerpo y sus propios conocimientos que le confiere la habilidad de percibir el mundo” . En general, los especialistas suelen medir la autoconsciencia de los animales con la llamada «prueba de autorreconocimiento en el espejo», que consiste en ponerlos delante de un espejo para ver si entienden que su reflejo se corresponde con ellos mismos. Hasta ahora, solo unas pocas especies se han mostrado capaces de este tipo de autorreconocimiento: los grandes simios, los delfines, las urracas y los elefantes.
La prueba del espejo
En la década de los 70 el psicólogo Gordon Gallup desarrolló un test que pretendía determinar la autoconsciencia de distintas especies animales a través de la capacidad de autorreconocimiento en un espejo. Esta consistía en colocar delante de un espejo especies distintas de animales (dicho estudio solo utilizó chimpancés), para ver si eran capaces de reconocerse a sí mismos o, por el contrario, actuaban como si hubiera otro animal tras el espejo.
¿Los perros se reconocen en el espejo?
Los perros, como muchos tutores han podido averiguar, no pasan dicha prueba. El asunto es que la prueba del espejo para una especie cuya modalidad sensorial primaria es el olfato no sirve para obtener resultados válidos. Recordemos que la capacidad olfativa que tiene un perro es una de las cualidades más desarrolladas que poseen. Es decir, la prueba presenta limitaciones. Y es que, en el caso del perro, cuyo mundo sensorial viene dado por la imagen olfativa, la imagen “plana”, ausente de olores y sonidos, puede no ser estímulo suficiente para su autorreconocimiento. Así, la doctora Alexandra Horowitz, de la Universidad de Barnard, ideó una prueba similar a la del espejo, pero usando olores.
Métodos basados en el olor
Dicho experimento de la Dra. Horowitz contó con 36 perros, 16 machos y 20 hembras. En primer lugar, se realizó una ronda donde se mostraban a cada uno de los perros una muestra con su propio olor y otra con el olor de un perro desconocido. ¿El resultado? Los canes pasaban más tiempo oliendo e investigando el olor desconocido que el propio. Tal comportamiento explica que el perro tiene conocimiento sobre su propio olor. En un segundo experimento, a los perros se les invitó a oler una muestra de su propio olor y una segunda de su propio olor pero mezclado con otra sustancia. En este caso, los canes mostraron más interés por el olor modificado.
Así se confirma que los animales son conscientes de ellos mismos, sumándose a anteriores informes que revelaban que los perros se reconocen a modo de “espejo olfativo” en su propio olor, único e intransferible. El asunto es que, en el caso de los perros, el nivel de autoconsciencia viene dado por la prueba del olfato y no de la visión. El olfato es el sentido más desarrollado de los perros, ya que cuentan con entre 200 y 300 millones de receptores, mientras que los seres humanos apenas tenemos 5 millones. Además, la parte del cerebro de los perros que se encarga del sentido del olfato es la más grande.